Ahí va la serpiente de tierra caliente
que cuando se ríe se le ven los dientes
que cuando se ríe se le ven los dientes
Ay! que está demente critica la gente...
Volviendo al tema de pintar por pintar, justo me encontré un comentario de una amiga que decía que se puso a estrenar sus acuarelas y pintó una serpiente emplumada. Ella muy contenta alentaba a su público a pintar cada uno su propia serpiente.
Así que yo, ni corta ni perezosa me puse a pintar mi propia serpiente emplumada. Tenía yo en mente un espécimen precioso de brillantes escamas y plumas gigantes. De colores vibrantes y sonrisa generosa. Pero como una cosa es lo que uno tiene en la cabeza y otra lo que sale a la luz...
A la hora de tomar mis acuarelas salió esta pequeña bailarina flamenca. Ella, una serpiente loca del quinto piso, decidió que en vez de alas se cubriría con este ropaje rojizo que no es ni falda, ni trapo, ni alas. Vaya uno a saber qué tiene en mente. El caso es que a la muy coqueta no le importó y salió así a la calle.
Los aditamentos rojos fueron adheridos uno por uno, la sonrisa si es natural!
Un muy buen ejercicio propuesto por la chica de los monicongos. Uno no se alcanza a imaginar la cantidad de bichos que tiene adentro.
4 comentarios:
A mi la serpiente flamenca me gusta mucho, tiene mucho garbo
Jajaja. Es bien simpática la muchacha.
Te imagino pegando una a una las escamas, y me provoca estriparte, preciosa!
Jijijijiji. Mientras las pegaba alguien preguntó: para qué estas haciendo eso? yo me quedé pensando un momento, hasta que se me ocurrió decirle: para estimular el flujo creativo!!!
Publicar un comentario