Ayer salí a jugar al parque. Me fui a poner mis pies en la hierba, a sentir la tierra. Así como es importante crear, también lo es jugar, sino juegas no tienes como nutrirte creativamente.
A eso dediqué mi tiempo ayer en la tarde. A contemplar los verdes, a sentir la tierra, a nutrirme de colores, texturas, y aromas. Alimentar y estimular la vida creativa es tan importante como el mismo hecho de crear. Si el río se seca no hay manera de seguir creando.
Las formas crespas de los cactus son perfectas. Me recuerdan los vuelos de las faldas flamencas, sus volúmenes majestuosos.
Este contraste me cautivó. Qué más puedo decir.
Y luego de jugar un poco siempre es bueno sentarse y rayar, sin intención, sin objetivo, solo rayar por rayar. Permitir que las líneas y los colores también salgan a jugar.
Y tu, ¿cuándo fue la última vez que saliste a jugar al parque?
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