Disfruto mucho dándole otros usos a objetos convencionales. Recuerdo que cuando pequeña solía utilizar muchos elementos comunes para crear utensilios para mis muñecas. Una tapa, un tarro vacío, alguna caja vieja, todos eran materiales para armar y crear. Y esa cualidad sigue vigente.
Cualquier material sirve cuando el propósito es crear. Un vaso desechable de cartón, unos tornillos y un poco de alambre fueron suficientes para darle vida a este pequeño robot.
Aquí esta la pequeña robot mirando imponente la vida.
2 comentarios:
Muy buen trabajo ¿Y como se llama la chica Robot?
Aún no tiene nombre, se te ocurre alguno?
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