Para llegar a la casa de Rosa hay que trepar las colinas de la comuna 8 de Medellín. El pequeño rancho esta anclado en el último pedazo de montaña que permite soportar algún tipo de construcción. Al final del sector Isaac Gaviria, en el barrio 13 de noviembre, reposan varias historias de luchadores cotidianos.
Rosa es madre cabeza de familia, tiene 4 hijos, uno de los cuales tiene retraso mental severo. El pequeño Esteban, de 8 años, nunca ha asistido a ningún centro de rehabilitación, donde se le permita desarrollar las capacidades que tiene. A sus ocho años sólo conoce las tablas de su rancho y la tierra naranja y húmeda que se escurre entre sus dedos con cada paso.
Ahora la casa de Rosa se esta desmoronando. El pedazo de barranco que está ubicado detrás de la casa se está escurriendo a pedacitos con cada aguacero que cae en los últimos días. Ella, en compañía de sus hijos mayores, intenta pegar la tierra con plásticos y pedazos de cabuya. ¿Cuántos aguaceros pueden soportar?
4 comentarios:
¡Wau!... Soy de Medellín y como tu también creo que existe muchas historias no contadas de esa ciudad a la que no acceden los turistas, me gustan tus dos entradas, en especial Pasos en vertical. Espero tu blog siga sacando a flote esa historias, ¿de donde las sacas?... Espero no se una atrevimiento pero me gustaria saber si tienes imagenes de esa ciudad que has comenzado a narrar, si las tienes subelas, junto con más material. Me gusta tu estilo de narrar, grafico y conciso.... Esperando más Medellín Multicolor, Altais
Gracias por tu comentario. Con respecto a las imágenes aún no cuento con las fotos, pues es un poco complicado tomarlas y no correr riesgo. Las historias salen de recorrer las comunas haciendo visitas domiciliarias.
hace falta hablar del cielo.
Me recuerda las historias que mi mamá nos contaba de sus estudiantes en Santo Domingo Savio. Tristes y cotidianas, no solo en Medellín, en Centroamérica por ejemplo tanta inequidad me vuelve loca. Un abrazo! Kole
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